Como bien sabéis, un ibón es la palabra aragonesa que utilizamos para referirnos a los lagos de alta montaña de origen glaciar. Son lugares muy especiales que dejan boquiabierto a cualquiera que llegue hasta ellos. Hay muchos fotógrafos que vienen cada año al Pirineo a hacer las fotografías más espectaculares de cada estación, así como personas que sienten una calma y tranquilidad única cuando los observan y otros como quizásalguno de vosotros que todavía no habéis estado en ninguno, pero que lo estáis deseando.

El otoño es una epoca ideal para descubrirlos, antes de que lleguen las primeras nieves. El clima es bueno y durante el camino vais a tener la suerte de disfrutar del colorido de los bosques y el crujir de las hojas bajo vuestros pies. Pero sin duda la combinación de ibon y los colores otoñales harán de vuestra visita una experiencia inolvidable.

Hace un par de meses, el Gobierno de Aragón lanzó un manual para “Ibonear en el Pirineo” con diferentes propuestas para visitar ibones en familia, de colores, los chelaus, etc y también un Top 10 con los ibones que no debéis perderos en vuestra visita al Pirineo.

Muchos de ellos, a los que también se denomina “perlas de la montaña” están en el Alto Gállego. Cada vez que visitéis uno de ellos, acordaros de este manual que os acabamos de nombrar y pensar que estáis haciendo un viaje en el tiempo de millones de años.

Aunque resulta muy apetecible, es aconsejable no bañarse en ellos, pues el gran protagonista de estos lagos es el tritón pirenaico, autóctono y endémico de esta zona. Si todos somos conscientes de ello y aportamos nuestro granito de arena, las generaciones futuras podrán disfrutar de nuestros espacios naturales como nosotros lo hacemos ahora. Estaremos haciendo las cosas bien y favoreciendo un turismo responsable y sostenible.

Ahora, aunque sea virtualmente, os vamos a dejar disfrutando con unas bonitas imágenes de algunos de los ibones del Alto Gállego.