Escribimos este post bastante molestos, aunque estamos seguros que muchos de vosotros al acabar de leer estas líneas, reflexionaréis.
Cualquier época del año es buena para salir a caminar por nuestros senderos. A los que venís a visitarnos os encanta este destino y a los que vivimos aquí nos chifla, por eso seguramente nos enfadamos más ante esta situación.
Este verano hemos salido a menudo al monte y nos hemos encontrado mucha basura: Latas, papel de aluminio, colillas, pañuelos … de personas que han pasado por allí antes que nosotros y que sin ninguna contemplación han tirado al suelo sus desperdicios en cualquier rincón, recodo o arbusto (ya ni siquiera hace falta que esté muy separado del camino), es realmente desagradable.
Y muchos nos preguntamos… ¿Tanto cuesta recogerlo? ¿Quizás en tu casa tiras la basura al suelo? ¿A lo mejor a tus niños les enseñas a dejar la basura dónde les plazca? ¿Eres consciente de cuánto tiempo va a tardar en degradarse todo lo que dejas y el daño que puede hacer al entorno?
Cualquier actividad al aire libre requiere de ciertas normas básicas de convivencia y de respeto por el medio ambiente, además de al resto de personas que todos deberíamos conocer y seguir. Se llama educación.
Somos muchos los usuarios de estos espacios y tenemos que ser conscientes de que ese kleenex, tampax, pañal… o cáscara de plátano (aunque sea orgánico) no tienen su sitio en el monte, no hay servicio de limpieza por lo que nadie va a pasar a recogerlo y tardarán mucho tiempo en degradarse.
Para que te hagas idea, a la naturaleza le cuesta este tiempo deshacerse de esta basura:
Seguro que habéis visto un cartel que circula por internet en el que pone “Aparte de respeto y cariño, esta montaña no necesita nada de lo que usted trae”… parece un poco duro, pero es 100% cierto. Así que como hemos titulado este post, nos encanta que vengáis y disfrutéis de estas montañas pero… ¡Es muy fácil!. Por favor, mete los residuos que generes en una bolsa de plástico, guárdalos en la mochila y llévatelos al contenedor más cercano. ¡Lo agradeceremos todos!
¿Y ahora qué? Seguro que lo tienes más claro y cuando vuelvas te acordaras de este post en el que estamos un pelín enfadados y pensarás en lo que te hemos contado.
Los pequeños gestos cuentan y la suma de voluntades es la única manera de cambiar el destino de nuestro planeta.